El Pastor David Jeremiah cuenta una historia poderosa en su libro, La Oración, una Gran Aventura (Prayer, the Great Adventure), la cuál ilustra la oración contestada. El visitó una iglesia en Michigan, Estados Unidos y estaba contandole lo siguiente a la congregación:
Mientras trabajaba en un pequeño hospital en África, cada dos semanas tenia que viajar en bicicleta en medio de la selva, a un pueblo cercano para comprar suministros y me era necesario acampar durante la noche. Durante uno de estos viajes, ví en la ciudad, a dos hombres peleando. Uno fué grávemente herido así que lo curé y vendé sus heridas y también le hablé acerca de Jesús. Seguídamente,regresé a casa sin incidente.
Al regresar a la ciudad algunas semanas más tarde, se me acercó el hombre al cual había curado. Me dijo que se había enterado que yo cargaba dinero y medicina. Dijo “Algunos amigos y yo te seguimos en la selva, pues sabíamos que dormirías allí una noche así que esperamos que te durmieras. Habíamos pensado matarte y tomar la medicina y el dinero. Cuando estábamos listos para atacarte, vimos que estabas rodeado de 26 guardias armados.” Al oi resto yo me reí y le dije; “Yo estaba acampando la noche sólo.” El hombre dijo: “No, señor, no fuí el único que vió a los guardias. Mis 5 amigos los vieron también y nos dió miedo así que nos fuimos.”
En este punto de mi presentación, un hombre de la iglesia se puso en pié y preguntó: “¿Puedes decirme la fecha exacta cuando sucedió esto?” Yo pensé por un momento y dí la fecha. El hombre entonces contó lo siguiente: “Esa noche en Africa era de día aquí en Michigan. Yo me estaba preparando para jugar golf pero al hacerlo, sentí que Dios me instaba a orar por tí. El sentir era tan fuerte que llamé a los hombres de la iglesia par que orásemos juntos. Quiero pedirle a esos hombres que se pongan de pié.” Los hombres que habían orado se pusieron en pié. ¡Eran 26!
Nunca subestimes el poder de la oración. Los Milagros nacen porque la gente se atreve a orar y a confiar en Dios. La oración tiene poder.