Nunca antes en la historia del mundo se ha visto a los niños en tal estado de riesgo espiritual como hoy en día.
Nunca antes la sociedad ha tenido tantas formas de adoctrinar los corazones de los niños como hoy en día.
Hace apenas una generación, los juegos de video ultra-violentos, la Internet, y los evidentes esfuerzos de Hollywood y de las editoriales, dirigidos a la infancia, eran simplemente inimaginables para la mayoría de nosotros.
La sociedad nunca ha proporcionado tanta corrupción para el consumo por las masas como lo hace en la actualidad.
Una gran cantidad de puntos de vista y valores deformados se proliferan libremente por la sociedad, directamente a las mentes de los niños, donde permanecen durante toda la vida.
¿Dónde están los padres? Tratando de mantenerse a flote en medio de agitados horarios, que permiten poco tiempo para la interacción espiritual con sus hijos. La infancia se comprime cuando los niños se ven obligados a seguir el mismo estilo de vida agitado de sus padres. ¿Quién tiene tiempo hoy para “estad quietos y conoced que yo soy Dios”?
¿Dónde está la iglesia? ¿Cómo le está yendo en esta batalla por los corazones y las mentes de los niños? No muy bien, me temo. Las pocas iglesias que reconocen que los riesgos han aumentado drásticamente en los últimos años, en su mayor parte están intentando luchar contra los monstruos del siglo 21 con las armas del siglo 19.
Los padres y las iglesias se han asentado en una destructiva relación de codependencia. Los padres, con poca inclinación al cuidado espiritual de sus hijos, y pocos recursos de alta calidad para dedicarles, han dejado en gran medida ese trabajo a la iglesia. Y la iglesia ha asumido la tarea que se encomendó originalmente a los padres. Está claro en las Escrituras que a los padres les corresponde la crianza espiritual de los hijos, con el apoyo de a iglesia. Vemos hoy que este modelo bíblico está al revés. ¿Cómo puede Dios honrar a algo tan contrario a su Palabra?
Estas palabras, ¿lo llevan a creer que estamos derrotados?
¡NO!
Dios ha expresado claramente en su Palabra que Él honrará los esfuerzos de aquellos que hacen las cosas a su manera, lo cual incluye a los padres y a las iglesias. Una debida relación bíblica entre los padres y la iglesia local puede abrir las puertas a las bendiciones de Dios y desatar una revolución en el ministerio a los niños, ¡y salvar a una generación de la bancarrota espiritual!