La semana pasada se celebró el día de los difuntos, se me ocurrió que sería interesante investigar sobre los epitafios: inscripciones que se ponen sobre las sepulturas. El epitafio tradicional es R.I.P., del latín, “Requiescat in pace” que significa “Descansen en Paz”.
A continuación una breve colección de ellos. Hemos seleccionado los que consideramos creativos, originales, curiosos, llamativos y graciosos.
En la tumba de Orson Welles: “No es que yo fuera superior. Es que los demás eran inferiores”. Lo puso un marido en la tumba de su suegra: “Aquí yaces y yaces bien, tú descansas y yo también”.
El difunto pesaba 140 kilos e hizo infinitas curas de adelgazamiento: “Po fin me quedé en los huesos”.
En la tumba de Miguel de Unamuno: “Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo”. Un joven y chistoso calavera quiso ser enterado con el ataúd puesto de pie; él mismo dictó el epitafio: “Para no decir como siempre ‘aquí yace’, esta de pie y duerme en paz”. “Necesite toda una vida para llegar hasta aquí”. En la tumba de Johann Sebastian Bach: “Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga”.
En la tumba de Marlon Brando: “¡Otra vez protagonista de la ley del silencio!”
Lo puso un marido en la tumba de su suegra: “Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas”.
En la tumba de un reconocido actor, célebre por su caballerosidad: “Le ruego me perdone si esta vez no me levanto”. En el cementerio de la Almudena de Madrid: “Aquí estoy con lo puesto, y no pago los impuestos”. Lo puso en la lápida unos días antes de morir: “Os dije que estaba enfermo”. En un cementerio de Minnesota: “Fallecido por la voluntad de Dios y mediante la ayuda de un médico imbécil”.
Fuente: por Anna María Fuentes