Una noche, un anciano Cherokee le habló a su nieto sobre la lucha que se lleva a cabo en nuestro interior.
—Hijo mío—le dijo—, en todos nosotros hay una lucha entre dos lobos. Uno ES MALO. Es el lobo de la ira, la envidia, los celos, la tristeza, el remordimiento, la avaricia, la arrogancia, la autocompasión, la culpa, el resentimiento, los sentimientos de inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad, y el ego.
Luego prosiguió: —El otro ES BUENO. Es el lobo de la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión, y la fe.
El nieto pensó por un momento y luego le preguntó a su abuelo:
—¿Cuál de los lobos gana?
El anciano Cherokee simplemente respondió:
—El lobo al que alimentes.