(Una sección para estimular el buen humor.)
JUANITO ESTABA quejándose de la incompetencia de su Maestro de Escuela Dominicial.
—No sabe nada, mamá, te digo que no sabe nada.
—¿Por qué dices eso, Juanito? Le preguntó la mamá.
—Pues claro, mamá, fíjate que siempre está haciéndonos preguntas sobre la lección.
Juanito le dijo a su papá:
— Papá, ¿te acuerdas que me prometiste cincuenta céntimos si me aprendía todos los textos del trimestre?
—Sí, hijo mío, dijo el papá. ¿Y qué nuevas me tienes?
—Pues nada, papá. Te has ahorrado cincuentao céntimos.
Eran casi las nueve de la mañana y Juanito tenía la cara sucia por lo que su mamá muy mortificada le dijo:
—Juanito, ¿y con esa cara vas a ir a la Escuela Domminical?
—Pues claro, mamá, dijo Juanito, si yo no tengo otra.