Cuentan una historia de un gran artista de circo de nombre Blondin, quien mandó a poner una cuerda de acero de un extremo al otro del río Niagara. Durante vientos violentos y sin nada debajo que ofreciera seguridad en caso de una caída, caminó, corrió y aun bailó sobre la cuerda en frente de la vista del gran público presente.
Una vez, tomó una carretilla llena de bloques y dejo atónitos a la gente, empujando la carretilla sobre el cable de acero y preguntando al gentío: “Ahora, ¿Cuántos de ustedes creen que puedo empujar esta carretilla, llevando un hombre dentro de ella, sobre esta cuerda?”
El voto fue unánime: Todos aclamaron, levantando sus manos en alto. Todos estaban seguros que él podía hacerlo. “Entonces,” preguntó Blondín, “¿Alguno de ustedes quiere ser el voluntario?”
Las manos de todos bajaron rápidamente cuando Blondín pidio un voluntario. Ni siquiera una persona quizo ser el voluntario que viajaria dentro de la carretilla poniéndo su vida en las manos de Blondín.
APLICACION: Muchas personas le dicen a Jesús, “Sí, yo creo!” Si tu eres una de esas personas que dicen eso, ¿Estás dispuesto a demostrar tu confianza en él, poniendo tu vida en sus manos? ¿Estas dispuesto a meterte en la carretilla y arriesgar todo por tu fe? Eso es lo que significa creer. La fe no es méramente un ejercicio intelectual. La fe envuelve una entrega total.