Durante los últimos años, un ejército de millones de personas ha entrado a nuestro país. Pero debido a que han llegado uno por uno, aparentemente inocentes e inofensivos, nadie ha sospechado el potencial de su poder. Pero nuestra nación no tardará en despertar a la realidad de que este ejército inocente e inofensivo tomará nuestro país, y también las demás naciones del mundo.
Los miembros de este ejército publicarán nuestros periódicos, operarán nuestras emisoras radiales y televisivas, controlarán nuestras Iglesias, y enseñarán en nuestras escuelas y universidades. Tomarán nuestras oficinas políticas a nivel local, estatal y nacional, y estarán en posiciones de poder en la capital a tal grado que la nación estará completamente a su merced. Tomarán nuestros negocios e industrias, incluyendo toda electricidad y aún la energía atómica. La autoridad completa estará en sus manos. Lo único que no quedará por hacer a
nosotros, será someternos a su poder.
Este ejército, por supuesto, es un ejército de niños. Sus niños, mis niños, los de nuestro vecindario. Los de las ciudades, los que usted ve jugando en los parques, los niños que ENSEÑAMOS en la iglesia de niños, aún las clases de la Escuela Dominical—en nuestros programas de títeres.
Nosotros, usted y yo tenemos el poder de influenciar si estos futuros conquistadores serán paganos o cristianos. Que Dios nos de la sabiduría y el poder para hacer un impacto en las vidas de estos niños para EL.
