Probablemente el arma más poderosa que se ha inventado es el alfabeto. La página impresa ha hecho más para moldear la mente del hombre y alterar la geografía que cualquier otra invención humana.
No nos parece exagerado que Napoleón Bonaparte temiera más a un periódico que a mil bayonetas.
Benjamín Franklin, un líder destacado en la historia del comienzo de los Estados Unidos dijo: “Denme 26 soldados de plomo y conquistaré el mundo”, refiriéndose a las 26 letras el alfabeto inglés.
Karl Marx nunca soñó que lo que él escribió furiosamente en un altillo en el siglo XIX sería tomado y esparcido alrededor del mundo por una máquina llamada imprenta.
Es de interés notar también el lugar de la página impresa en la historia de la iglesia. El primer libro impreso en la imprenta inventada por Juan Gutenberg fue la Biblia.
El fuego de la Reforma fue encendido por Martín Lutero quien escribió sus 99 tesis y las clavó en la puerta de su monasterio en Wittenberg. El no se detuvo allí, sino que escribió más de 20 libros que alcanzaron a miles de personas con el poder de la verdad contenida en su maravilloso descubrimiento de que “el justo por la fe vivirá”.
Guillermo Carey, el padre de las misiones modernas, ayudó a que se publicara la Biblia en 40 idiomas distintas.
Hoy en día los traductores e la Misión Wycliff están embarcados en la tarea de reducir cada dialecto del mundo a una forma escrita, para que en cada tribu del mundo se llegue a conocer el Santo Libro.
Mi vecino ateo en Nicaragua leyó “La cruz y el puñal”. El vino a mi casa el día siguiente después de haber leído hasta altas horas de la noche y me dijo del libro: “No lo puedo negar”. Mas tarde sugirió que si las Asambleas de Dios querían en realidad ayudar a su país de origen, España, debían enviar miles de ejemplares de “La cruz y el puñal” allí.
Mi hijo le prestó a un soldado amigo el libo “Hablan en otras lenguas”. El muchacho católico lo leyó y al día siguiente vino a ver a mi hijo y le dijo: “Tuve una experiencia muy extraña mientras leía este libro. Yo creo que podría haber hablado en lenguas pero tuve miedo”. Este joven fue a la iglesia con mi hijo al domingo siguiente y entregó su vida a Dios.
No hay duda de que Dios ha elegido al papel y la tinta como una influencia revolucionaria en nuestra época. Y solamente él sabe el verdadero valor y potencial de la página impresa.
Pero a pesar de que es necesario reconocer que la importancia de la literatura es grande, no radica allí el verdadero problema. Tampoco radica en los aspectos editoriales o e producción.
El problema más latente del ministerio e la literatura evangélica hoy en día es nuestra falla en movilizar el tremendo potencial de la iglesia para la distribución de dicha literaria. Tenemos un conjunto de personas que podrían comenzar a cambiar el destino de nuestra generación. La pregunta que se nos presenta es: “¿Usaremos a estas personas para alcanzar este fin?”
¿Recuerda usted la historia de Jesús alimentando a los 5,000? El tomó una pequeña provisión, la bendijo con un milagro y se la dio a sus discípulos para que la distribuyeran. El milagro no hubiera servido de nada si los discípulos no hubieran hecho posible la distribución.
Este milagro se repite en nuestros días. El Maestro ha visto las multitudes hambrientas y por el misterio de la página impresa ha puesto el Pan de vida en las manos de cada discípulo. Nuestra tarea es ir de prisa a las colinas donde las almas esperan con hambre y darles el Pan.
Es interesante notar que el Maestro no le pidió a la multitud que formara largas filas y fuera a un punto central, determinado, a buscar el pan milagroso. El no abrió una panadería, sino que envió a hombres a repartir el pan .
Una librería puede ser una buena idea, pero no es la solución completa a esta imperiosa necesidad. Visitan una librería evangélica un muy pequeño porcentaje de los creyentes y casi ningún inconverso. Nuestra tarea es repartir el pan de la página impresa a las multitudes hambrientas.
El plan divino de distribución es que cada creyente sea un discípulo portador del Pan. ¿Dónde ha quedado el espíritu valeroso de los colportores de antaño en América Latina? Esos intrépidos discípulos llenaban sus maletas, cajas, alforjas y bolsillos con la bendita Palabra e vida y no escatimaban esfuerzo para llevar ese bendito Pan a las aldeas más remotas. Eran hombres que habían visto el milagro de la
provisión e Dios para los hambrientos espirituales y estaban obsesionados con una pasión bendita para distribuir el Pan a esas gentes.
Nuestra tarea como líderes es movilizar el gran ejército el Rey para que distribuya el Pan de vida a nuestra generación hambrienta. Con la ayuda de Dios podemos hacerlo.
Este es un día en el que debemos hacer grandes planes para Dios. Hasta ahora hemos estado haciendo planes muy pequeños. Nuestro mensaje está destinado a cambiar al mundo.
Nuestro enemigo mantiene sus imprentas ocupadas y su red de distribución extendida. Hace algún tiempo visité una imprenta en la zona de Miami para investigar el uso de cierta clase de papel. No estaba preparado para lo que vi cuando entré al establecimiento. Había cuatro enormes prensas que imprimían literatura pornográfica 24 horas al día.
Las falsas doctrinas tampoco se quedan atrás en la producción y distribución de literatura. Hace apenas unas semanas un creyente vio a una joven vendiendo libros a los pacientes de un hospital. Movido por la curiosidad el hombre tomó uno de estos ejemplares y s dio cuenta que era publicado por los Testigos de Jehová. Era la primera edición y con una tirada de 15 millones.
Un ejemplo de la forma en que deberíamos planear nuestro contraataque es el uso de nuestra nueva revista de evangelismo VIDA. Esta revista es una herramienta diseñada especialmente para el evangelismo. Debe ser usada por todas las iglesias y los 100,000 ejemplares que hemos impreso no es absolutamente nada comparado a lo que en realidad se necesitaría. Para suministrar solamente 500 ejemplares de VIDA a cada una de las iglesias de las Asambleas de Dios en este hemisferio, se requeriría una impresión e 1,500,000 ejemplares. ¿Hasta cuando permitiremos que el diablo y las falsas doctrinas nos llevan tal ventaja?
Habrá que crear y poner en práctica un programa de distribución el cual pondrá la influencia de la página impresa en las manos de miles de personas hambrientas. La mayor parte de estas personas no vendrán de su propia voluntad a nuestras iglesias o librerías. Nosotros debemos llevarles la Palabra. Quiere decir que debemos planear un programa que lleve nuestros libros y revistas a:
Casas
Cárceles
Bibliotecas
Apartamentos
Parques
Fábricas
Hospitales
Plazas
Estadios
Escuelas
Fiestas
Tiendas
Mercados
Convenciones
Consultorios
médicos
Aeropuertos
Barberías
Oficinas del
estado
Estaciones de
ferrocarril
Iglesias
Esquinas
Estaciones de
ómnibus
ferias
Para llevar nuestros libros a estos lugares debemos usar y emplea:
Pastores
Dueños de
negocios
Jóvenes
Peluqueros
Hermanas del
CMF
Estudiantes
Diáconos
Vendedores
callejeros
Maestros de
E.D.
Conductores de
ómnibus
Exploradores
del Rey
Vecinos
Misioneritas
Amigos
Hermanos e la
Fraternidad de Varones
diarieros
Kioscos
Librerías
Estantes de
exhibición
Programas de
adiestramiento de ventas
Bibliotecas
ambulantes
Estantes
portátiles para bicicletas
Concursos
Avisos en los
periódicos
Carteles
Programas de
distribución
Equipos de
venta
Descuentos
Altoparlantes
Estudios del
mercado
Folletos
Avisos en la
radio y la televisión
Películas
Cintas
magnéticas
Comités de
literatura
Debemos incluir remuneración financiera en los programas, la cual hará que cada esfuerzo se continúe. El tiempo y el esfuerzo que requieren ofrecer nuestra literatura en los lugares mencionados, hacen necesario que el colportor reciba una ganancia por su trabajo. Hemos esperado demasiado tiempo que la gente haga esta tarea tan importante por su propia cuenta. La vida parece tener demasiadas demandas para hacer que ese enfoque sea práctico.
Yo creo que es posible crear un programa el cual incluya remuneración. Editorial Vida está desarrollando actualmente un programa de ventas el que aseguraría esto. Confiamos en que se nos permitirá comenzar programas “piloto” en varios de los países representados en CELAD.
Algunos de los aspectos del programa serían:
- Tres categorías de vendedores basadas en el volumen de ventas con descuentos graduados.
- Mostradores giratorios y estantes de varios estilos y tamaños.
- La colocación de estantes con libros en tiendas, restaurantes, iglesias y cualquier otro lugar público que ofreciera esta oportunidad.
- Una remuneración para cada vendedor por cada vendedor nuevo que él consiga.
- Ventas al contado.
- El patrocinio por Editorial Vida de programas de adiestramiento para vendedores.
Algunos de los aspectos del programa serían:
Juan 20:31 dice: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre”.
Yo vengo hoy a abogar por la causa de esos millones que nunca han leído lo que ya se ha escrito. Si la Palabra de Dios dice que los hombres pueden saber que Jesús es el Hijo de Dios leyendo lo que está escrito acerca de Él, entonces nuestra tarea primordial es distribuir lo que ya se ha escrito.
Mi pastor en Miami fue salvo por un tratado que le diera a su hermana una jovencita en un ómnibus.
Marcos Murillo, superintendente de Costa Rica, fue confrontado por primera vez con el poder del evangelio por una hoja suelta de una publicación evangélica que el viento llevó a su sastrería. Cuando él tomó esa hoja en sus manos, el Espíritu Santo de Dios puso curiosidad en su mente la cual le hizo querer saber más. El está aquí con nosotros hoy porque el viento se convirtió en el distribuidor de Dios.
Con nueva devoción a un ministerio abierto a todos nosotros, pidamos que sople en nuestras almas el divino viento del amor de Dios hacia las multitudes hambrientas. El Pan ha sido bendecido por el Maestro y está esperando ser distribuido. ¿Se convertirá usted en un discípulo que está listo para ir apresuradamente a alimentar a los hambrientos?
LORENZO TRIPLETT